lunes, 30 de septiembre de 2019

Lo que odio de la lluvia

Alguien puede odiar la lluvia?. Bueno, si, de hecho somos varios hasta donde pude averiguar.

La lluvia suele ser una expresión del romanticismo en su máxima escala para algunos. Pero me pregunto yo qué tiene de romántico andar mojado, enfermarse y hasta en el peor de los casos inundarse?.

Bueno, esto de inundarse a lo mejor no te sea muy familiar si no vivís en el Gran Buenos Aires, pero créeme que acá en el lejano oeste eso es algo que sucede muy a menudo. Acá no viene Macri a decirnos: "No se inunda más", de hecho por estos lados nunca vino, ni tampoco vendrá.

Volviendo al tema, puede ser que la lluvia tenga algo de romanticismo, sobre todo si tenes a alguien con quien compartir dicho romanticismo ahora bien, si estás solo... de SOLO con todas las letras, muy romántica que digamos no es la lluvia.

Es más, sobre todo cuando tenes el techo de chapas, y para colmo... rotas.

Andar corriendo de un lado para el otro con los tachitos en las goteras, y tener una especie de "batucada" a las 2 de la mañana no es algo muy romántico que digamos, claro, salvo que te parezca romántico los carnavales.

Ya hablamos algo acerca de las "pestes". Si eso que te suele agarrar luego de haber estado todo el día mojado porque te sorprendió la lluvia y no estabas preparado.

Sobre llovido mojado... y sobre mojado enfermo.

Puede que la lluvia sea linda para algunas personas, pero no es mi caso. A mi la verdad que no me agrada para nada.

Hoy estuve pensando en esas cosas que suelen pasarte cuando llueve... al margen de enfermarte claro está, y no se si alguna vez te habrá pasado, pero cuando llueve (y mucho), siempre hay alguien dispuesto a joderte aún un poco más la vida. Como cuando estas esperando un colectivo en la parada y pasa ese amigo camionero que todos tenemos y nos "empapa" en medio de la parada.

Y por si fuera poco uno cuando llueve anda a media luces, porque sino se daría cuenta que ese camionero amigo se aproxima y tiene toda la intensión de mojarnos.

Las baldosas flojas por ejemplo, otro clásico, en qué barrio no hay una baldosa floja esperando que uno la pise para luego salpicarnos lo poco que aún nos queda seco?.

Bueno, no voy a seguir diciéndoles por qué no me gusta la lluvia, pero creo que a estas alturas ustedes se darán cuenta del por qué.


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